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Alumnos de la ULPGC

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CRISIS DEL CORONAVIRUS | Universidad

Un curso en cuarentena

Estudiantes de la ULPGC evalúan el año marcado por la pandemia | La docencia presencial es minoritaria y la experiencia en el campus virtual varía por centros

La pandemia por coronavirus ha trastocado la vida de todo el planeta, provocando transformaciones en las relaciones interpersonales y en la vida cotidiana. El ámbito universitario no es ajeno a ello, la enseñanza superior tuvo que adaptarse a la velocidad del rayo a una docencia no presencial durante el confinamiento, y tras un último tramo del pasado curso con muchas dificultades y cierto grado de caos, el pasado 28 de septiembre arrancó un nuevo año académico, más adaptado a la situación actual de crisis sanitaria. Sin embargo no existe un modelo único para todos los centros, cada uno se ha adecuado según sus recursos y capacidad organizativa. Así lo explica un grupo de estudiantes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, de diferentes cursos y grados. Relatan su experiencia en este primer mes de clases, dibujando un panorama con diferentes escenarios -enseñanza online, mixta y presencial- que dista mucho entre unas facultades y otras.

Ada Santana - 4º de Derecho

“Se ha normalizado la situación hasta el punto de que estamos cómodos con la docencia online”

Ada Santana (Las Palmas de Gran Canaria, 1998), presidenta del Consejo de Estudiantes de la ULPGC, y alumna del último año del grado de Derecho, hace un balance positivo del primer mes del curso académico 2020/2021. “Desde que empezaron las clases la cosa ha ido mejorando mucho. Ahora tenemos una situación epidemiológica mucho más favorable que la que teníamos hace un mes y eso ha permitido que algunos centros hayan podido pasar a la modalidad semipresencial, es el caso de la Facultad de Economía, Empresa y Turismo que comenzó el lunes pasado con este modelo, igual que Filología que lo hará desde este lunes, o centros como Telecomunicaciones que tiene presencialidad absoluta salvo para los estudiantes de riesgo”. Sin embargo señala que hay otras facultades como la suya, Ciencias Jurídicas, que aún estudia cómo adaptarse a la semipresencialidad, sobre todo para los estudiantes de los primeros cursos. “De momento todos están online. El problema de Jurídicas es que somos muchos estudiantes y hay que organizarlo bien”, indica Ada Santana, al tiempo que valora de forma satisfactoria su experiencia en el campus virtual. “Ha mejorado en las últimas semanas y se ha conseguido normalizar mucho la situación, hasta tal punto que el estudiante está cómodo con la docencia online. Esta nueva modalidad no tiene nada que ver con la que tuvimos el semestre pasado. Antes teníamos muchas quejas a diario y ahora prácticamente ninguna, incluso en los casos donde hay brecha digital, los remitimos al Vicerrectorado de Estudiantes, que les da la solución que requieren”. Aunque ella reconoce que la teleformación le supone una ventaja, porque le permite gestionar mejor los estudios con sus responsabilidades como representante estudiantil, es consciente de que hay que hacer un esfuerzo hacia la docencia presencial, sobre todo para los alumnos de los primeros cursos, “para los que el paso a la universidad precisa de una adaptación y una mayor conexión con los compañeros y el profesorado”; y para carreras más experimentales o tecnológicas. “En el semestre anterior la pandemia nos pilló por sorpresa, ahora tenemos más seguridad, sabemos como va a ser la docencia y la evaluación en un modelo presencial y no presencial. Ahora queda concretar y que los centros vayan abriéndose más a la semipresencialidad”.

 Daniel Díaz-Temdero - 1º de Educación Primaria

“Es un desastre. Los que llegamos por primera vez a la Universidad estamos muy perdidos”

La situación varía mucho por carreras y cursos, siendo más caótica para los que se estrenan en la universidad. Es el caso de Daniel Díaz-Temdero Carrera (Madrid, 1999), alumno de 1º de Educación Primaria en la Facultad de Ciencias de la Educación de la ULPGC. Utiliza la palabra “desastre” para definir su experiencia en lo que va de curso. “Tanto a mi clase como a mi nos lo parece, porque desde que empezamos, el Campus Virtual de la Universidad se caía muchas veces, las listas de los grupos salieron prácticamente 3 o 4 días antes de empezar, no sabíamos que clases tenía cada uno, luego las listas estaban todas cruzadas, y te aparecían clases de asignaturas que no tienes... Si ya de por si uno llega perdido al entrar en la universidad, con todo ese desastre, estás el triple o cuádruple de perdido”. De momento su curso tiene una docencia semipresencial, aunque las dos primeras semanas fueron telemáticas para todos los grupos, y luego se dividieron en tres subgrupos de 20 personas, de forma que se van alternando una semana cada uno las clases presenciales. El problema, según cuenta el joven, es que las dos semanas que tienen la modalidad online, apenas dan clase. “Al final lo que ocurre es que en una semana que por horario se supone que tenemos cuatro días de clases, en realidad sólo tenemos dos. Por ejemplo, el martes y miércoles pasado no tuve ni una sola asignatura, porque cuando van presencial los otros grupos, los profesores no hacen clase online. Estamos haciendo en casa la mitad del horario que deberíamos hacer”, algo que le preocupa sobre todo de cara a los exámenes. Para Daniel, una solución sería el modelo de aula espejo -clase presencial en un aula y el resto de compañeros la siguen en otra por cámaras o desde casa-, “pero no sé si realmente los profesores no quieren o no pueden hacerlo porque no hay infraestructuras”. Insiste en que habría que hacer un esfuerzo por elevar el nivel de presencialidad en el primer curso. “Tenemos cinco asignaturas este cuatrimestre que no hemos dado nunca, empiezan a dártela online, y no te enteras de nada. Yo me vine a enterar de qué iba cada una la primera semana que fui presencial, porque no entendía en qué consistía el temario que estábamos dando”. Asegura que hay un alto nivel de desmotivación, tanto por su parte como entre sus compañeros. “Es muy frustrante, yo tenía una ilusión tremenda por llegar a la universidad, sabía que este año iba a ser diferente, pero te encuentras con todo esto y es tremendo. Me preocupa porque como subdelegado veo que ya hay gente que se está planteando abandonar, y eso me da pena. Es descorazonador que una carrera tan bonita está perdiendo tanto por el tema de cómo se están haciendo las cosas”. En ello también influye, a su juicio, el hecho de que no exista ambiente universitario. “La vida en el campus no la conocemos, ni siquiera nos conocemos los compañeros de clase”.

Samuel Taviro - 2º de doble grado Traducción  

“Estoy contento porque mi facultad es de las pocas que ha optado por las clases presenciales”

Samuel Taviro Rodríguez-Brusco, (Ciudad Real, 2001) cursa el segundo curso del doble grado de Traducción e Interpretación Inglés-Francés/Inglés-Alemán. A pesar de estar también en los primeros años de carrera, su experiencia es muy diferente a la de Daniel Díaz-Temdero dado que su centros apostó desde el principio por la presencialidad. “En mi centro hemos tenido la incorporación de las aulas espejos, que al principio fueron un poco desastre, pero conforme han pasado las semanas nos hemos ido haciendo a ellas gracias a la ayuda de los profesores. Estoy contento porque mi facultad es una de las pocas que han optado por las clases presenciales desde el principio. Online prácticamente no tenemos nada, simplemente cuando nos toca ir a un aula espejo, los profesores nos dejan seguirla desde casa, pero siempre podemos venir a la facultad y tener nuestro espacio”. Una situación muy diferente al semestre pasado, dado que considera que durante la cuarentena “no aprendimos nada, terminé primero con la sensación de haber perdido formación, pero ahora la estamos recuperando”. Piensa que su facultad ha alcanzado la “normalidad” gracias a las clases presenciales. “Llevamos un mes y nos hemos adaptado bien a la rutina de clase. En el centro son bastante estrictos a la hora de que cumplamos la distancia física en todo momento, incluso en pasillos, con los geles, y lo peor es tener que llevar mascarillas en clase, se lleva un poco mal porque molesta mucho y a veces dificulta la comunicación con el profesor, especialmente en asignaturas de idiomas, tienes que repetir una palabra hasta cuatro veces”.

Juan Manuel Kesraoui - 3º de Enfermería

“Es un curso raro, pero la modalidad semipresencial funciona muy bien en mi clase”

Juan Manuel Kesraoui Alemán (Las Palmas de Gran Canaria, 2000), estudiante de 3º de Enfermería en la Facultad de Ciencias de la Salud asegura que, a diferencia del semestre pasado, el nuevo curso ha empezado “bastante bien” en su centro. “Sin duda es un curso raro, pero la modalidad semipresencial funciona muy bien en mi clase. No tengo ningún problema con los horarios, los profesores se han organizado muy bien, se han puesto de acuerdo entre ellos para que los alumnos no nos veamos perjudicados con los horarios”. En su caso, su grupo se dividió en tres subgrupos y alternan una semana de clase presencial con las dos siguientes online. “Somos 25 alumnos por clase, tenemos cámaras en el aula y micrófonos y seguimos muy bien las clases online cuando no nos toca ir a la facultad, incluso desde casa podemos interactuar con la gente que está en el aula. A veces se va un poco la conexión, pero funciona bien”. Aún así, Juan Manuel es partidario de que se vuelva a la presencialidad lo antes posible, siempre que las condiciones epidemiológicas lo permitan. “Nos afecta esta situación, como a todos, aunque la cuestión es adaptarse. Pero si es cierto que en las dos semanas en las que no voy a clase me cuesta mucho más atender, al estar delante de un ordenador, es más fácil distraerme, no es lo mismo que estar en un aula, delante del profesor, pero mejor eso que nada”.

Gerardo Herrera - 4º de Arquitectura

“Tenemos dificultades a la hora de adaptar algunas asignaturas a la enseñanza virtual”

Gerardo Herrera García, (Las Palmas de Gran Canaria, 1999), estudia 4º de Arquitectura, en la modalidad semipresencial, aunque su modelo es diferente al de otros centros, dado que da unas asignaturas de forma presencial y otras online. Esto le supone tener que ir, prácticamente, todos los días a la Escuela de Arquitectura en el Campus de Tafira, porque vive en Teror y con asignaturas online las dos primeras horas, le es imposible trasladarse al centro para la clase presencial a tercera hora, por ejemplo. “A veces sólo tengo una asignatura presencial a las 10.30, porque a primera hora es online y las últimas también, pero vengo desde primera hora. Los martes y jueves, la tercera hora es presencial, pero me vengo desde las 8.30 de la mañana y doy todas las clases aquí, con el ordenador pero dentro del aula. Y como yo, varios compañeros”. Aunque reconoce que este curso está más organizado que el semestre pasado, considera que en Arquitectura la teleformación dificulta mucho el aprendizaje. “Tenemos ciertos problemas a la hora de adaptar algunas asignaturas a la enseñanza online, por el tema de que Arquitectura es una carrera más práctica que teórica, y hace falta más trabajo de aula, donde el profesor te esté corrigiendo constantemente, cosa que online cuesta más. Es cierto que tenemos aulas muy grandes donde caben muchos alumnos cumpliendo las distancias de seguridad, pero como la mayoría de profesores son de bastante edad en esta Escuela, están dentro del grupo de riesgo, y hay asignaturas, que tienen que ser si o si online. Incluso en la misma asignatura unos profesores la dan virtual y otros presencial”. Opina que hay asignaturas como Proyectos, que deberían ser presenciales. “Ahora la estamos dando online pero no da tiempo a corregir a todos en una misma clase, por el tema de que tienes que estar compartiendo pantalla, abriendo el archivo... y con todo eso se pierde mucho tiempo”. También apunta que no todos los alumnos cuentan con la infraestructura necesaria para seguir el curso en el Campus Virtual. “Hay compañeros que en su ordenador no tienen cámara, o el micrófono les va mal, y no pueden seguir las clases en igualdad de condiciones que los demás. Hay brecha digital. Donde yo vivo, por ejemplo no me llega la señal de wifi, tengo que compartir los datos del móvil, y va muy lento, me sale más rentable irme a la Escuela. Con todo, Gerardo califica este curso como “experimental”, con medidas nuevas para todos. “Veo que hay organización, se han estudiado las medidas que se supone que van a funcionar, pero no sabemos con certeza como van a evolucionar. No creo que esto perjudique mi formación, pero ojalá volvamos ya a la presencialidad. Hay que ser pacientes, pero espero que esta situación se solucione pronto”.

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